Enrique Verástegui

(Cañete, Perú, 24 de abril de 1950)

Es poeta, ensayista, filósofo, cuentista, novelista, dramaturgo, guionista, físico, lógico y matemático. En la década de los setentas fundó el Movimiento “Hora Zero” junto a los poetas: Jorge Pimentel, Juan Ramírez Ruiz, Enriqueta Belevan, Jorge Nájar y Carmen Ollé. Con su primer libro, En los extramuros del mundo (1971), se erigió como uno de los más importantes poetas de Latinoamérica.

Entre sus libros de poesía destacan: En los extramuros del mundo, Leonardo, Angelus Novus (Tomo I), Angelus Novus (Tomo II), Monte de goce, Taki onqoy, Albus, Ensayo sobre ingeniería, El Teorema de Yu, Teoría de los cambios y Splendor. De sus libros de filosofía, mística y lógica: El motor del deseo, La máquina del poema, Sociedad para la liberación de las rosas, El modelo del teorema, Curso de matemáticas para ciberpunks, El cambio del milenio, La síntesis metaquímica, Apología pro totalidad. Ensayo sobre Stephen Hawking, Tratado sobre la Yerbaluisa, Yachay Hanay, seguido de tractatus lógico-matemáticus, Albus. El libro de teoría poética El análisis de la poesía y las novelas: Terceto de Lima, Sueño de una primavera de Occidente (inédito), La balada del bandolero Luis Pardo. Homenaje a Shakespeare (inédito), Teorema del anarquista ilustrado y La máquina del crepús/culo. También ha escrito cuentos, diarios y guiones para cine y video.

Recibió la beca Guggenheim en 1976, que le permitió viajar a Barcelona, Menorca y París, donde llevó cursos de Sociología de la literatura en la Ecole de Hautes Etudes en Sciences Sociales. Está casado con la escritora Carmen Ollé, con quien tuvo una hija: Vanessa Verástegui Ollé. En el siglo XXI también ha recibido numerosos reconocimientos, tanto por las instituciones como por los jóvenes. Está considerado por la crítica peruana e internacional como uno de los mejores exponentes de las letras en el Perú. En palabras de José Pancorvo: “Está el Verástegui de la brillante obra juvenil que sigue siendo la más popular. Está el Verástegui que sube a un vuelo de mucho mayor cota, pero de pronto se ve incomprendido y solitario en su espiral ascensional. Su alta mente de gran poeta ha encontrado horizontes realmente sublimes en la confluencia de la intuición filosófica con la matemática y la poética. Como casi todos estamos inmersos en el empirismo y racionalismo que nos enseñan en el colegio y en los medios, pensamos que es una divagación. Todo lo contrario. Las referidas intuiciones poético-metafísico-matemáticas de Verástegui son saetas dirigidas al meollo de la realidad. A lo que está detrás del aparente caos móvil, aparentemente post-ético, aparentemente insoluble, del mundo actual. Y Verástegui viene con sus intuiciones a rescatar la visión de las realidades mayores, haciendo geniales aportes de conocimiento”.